Falta de vivienda asequible, expansión urbana descontrolada, desigualdad social y segregación, junto con problemas de movilidad urbana, son algunos de los desafíos que afronta São Paulo, una de las ciudades más pobladas de Brasil. En respuesta a esta problemática –que se vive especialmente en el centro de la ciudad–, la arquitecta Marta Mata Moreira y algunos de sus colegas adelantan proyectos innovadores para transformar la vida urbana y abordar las necesidades habitacionales de la población mediante mejoras en la arquitectura multifamiliar. Sus aportes se presentaron en el Seminario Internacional de Arquitectura, organizado por la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Manizales.
La arquitectura multifamiliar en territorios poblados ofrece
la ventaja de albergar múltiples viviendas independientes dentro de un mismo
edificio, maximizando el uso del suelo y proporcionando eficiencia energética,
ya que se comparten paredes.
Además promueve la creación de comunidades más cohesionadas
al compartir espacios comunes donde incluso los costos de mantenimiento pueden
ser distribuidos entre los residentes.
Sin embargo también existen desafíos, como posibles
problemas por ruido y privacidad por la proximidad de las unidades, lo mismo
que en la gestión y el mantenimiento complejos que requieren un enfoque
cuidadoso para garantizar una experiencia positiva para todos los residentes.
Con 22,8 millones de habitantes, 19 millones ubicados en la
región metropolitana, en 2023 São Paulo registraba 32.500 personas sin hogar,
dato que evidencia la necesidad de crear políticas efectivas para abordar la
vivienda y la inclusión social. Pese a ello, esta ciudad del sureste brasileño
es un vibrante centro económico, cultural y financiero muy importante en la
región y en todo el continente.
Para la reconocida arquitecta Moreira estos puntos fueron
clave en su conferencia “Tantas casas sin gente y tanta gente sin casas”, que
dictó en el Seminario Internacional de Arquitectura al hablar de la forma de
habitar y de la construcción del lugar.
“Las viviendas multifamiliares han emergido como una
solución innovadora para abordar la escasez de viviendas y revitalizar áreas
urbanas subutilizadas. Hemos liderado proyectos que aprovechan la topografía
accidentada de la ciudad, como las montañas, para crear comunidades habitables
en terrenos antes desaprovechados”, señala la experta.
Al hablar de los desafíos y soluciones, la experta considera
fundamental la coordinación entre las autoridades municipales y la comunidad
para garantizar el uso adecuado de los espacios y servicios. También es
importante abordar las preocupaciones de los residentes y asegurar su
participación en el proceso de diseño y desarrollo urbano.
“En este proceso también entra en juego la contribución de
las comunidades locales, y sobre todo en la implementación de diseños flexibles
adaptables a las necesidades cambiantes de la población. No fue lo mismo
construir hace 10 o 20 años que ahora, los modos de habitar también tienen una
incidencia en la arquitectura”.
“La arquitectura contemporánea está experimentando una
notable transformación en la elección de materiales de construcción, y el acero
se está destacando como una opción cada vez más popular, cambio que no es solo
estético sino que representa una serie de bondades como la flexibilidad del
material, adaptable a varios usos, facilitando modificaciones o ampliaciones
durante la obra o incluso después de construido”, destacó la investigadora.
Además el acero es un material durable y resistente que
proporciona una seguridad estructural superior a riesgos naturales como los
terremotos. El proceso de fabricación del acero es más eficiente en términos
energéticos y emite menos gases de efecto invernadero que otros materiales de
construcción tradicionales, y se desperdicia menos material.
Durante el Seminario también se destacó que en São Paulo y
Manizales la construcción sobre topografía accidentada presenta desafíos únicos
como la inclusión de rampas en las viviendas evitando el uso de elevadores o
escaleras poco prácticas y que no permiten conectar el edificio con sus
ocupantes; incluso garantiza la movilidad en el interior del espacio cuando hay
personas con discapacidad.
“La inclusión de rampas en el diseño urbano de viviendas
multifamiliares contribuye a la integración social al garantizar que todos los
residentes puedan participar plenamente en la vida comunitaria”, concluyó.
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