miércoles, 18 de agosto de 2021

Lectoescritura en la escuela: ¿de quién depende?

 La formación profesional y disciplinar universitaria de los profesores de bachillerato estarían moldeando las experiencias de lectura y escritura de sus estudiantes de forma muy diversa, desde las asignaturas a su cargo, a falta de un acompañamiento en casa y de refuerzo desde la primaria en los procesos de aprendizaje.

Ante esto, la inclusión de enfoques curriculares integradores de la educación básica primaria en la secundaría ayudaría a generar procesos de aprendizaje más articulados e interdisciplinares, que les permitirían a los estudiantes tener experiencias más comprehensivas y significativas de los procesos de lectoescritura en las diferentes asignaturas.

Así lo deja ver la investigación del profesor, Ismael Alfonso Corredor Rodríguez, magíster en Educación de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), la cual describe las concepciones de lectura y escritura en las asignaturas de un grupo de estudiantes y docentes de grado sexto de un colegio público en Bogotá D.C.

“Como docente, veía a los estudiantes de sexto grado tener dificultades para expresar sus ideas en la parte escrita, problemas en la comprensión de lectura inferencial y crítica, y no tenían una comunicación fluida entre las asignaturas. De ahí surge en parte el interés por ver qué se lee y se escribe en sexto en las otras asignaturas, y a partir de ahí, tratar de identificar unas posibilidades de trabajo”.

El estudio contó con entrevistas semiestructuradas a estudiantes del sexto grado, que abordaron, entre otros, el contexto familiar sobre qué se lee y qué se escribe en casa, en la escuela primaria, qué les gusta y qué no, cuándo planean la escritura y cuándo no, lo que buscó una historicidad en los procesos lectores en las diferentes asignaturas vistas.

También se hicieron entrevistas al grupo de docentes que trabajaron con estos estudiante, en las que fue posible identificar que algunas de sus prácticas lectoras o de escritura tiene que ver mucho con la historia que estos tuvieron en el colegio o en la universidad y que aterrizan en la escuela.

“Los estudiantes parecían tener una mayor comprensión de lo que implica leer y escribir, pero es algo que va más allá de las actividades escolares, se trata de actividades por fuera de la escuela y van más ligadas al lenguaje verbal y audiovisual. Por otro lado, los docentes mostraron tener una concepción disciplinar más rígida de la lectura y la escritura en sus asignaturas. Se centran de forma más rigurosa en los pedagógico, dejando de lado el mundo exterior”.

El estudio contó con entrevistas semiestructuradas a estudiantes del sexto grado, que abordaron, entre otros, el contexto familiar sobre qué se lee y qué se escribe en casa, en la escuela primaria, qué les gusta y qué no, cuándo planean la escritura y cuándo no, lo que buscó una historicidad en los procesos lectores en las diferentes asignaturas vistas.

También se hicieron entrevistas al grupo de docentes que trabajaron con estos estudiante, en las que fue posible identificar que algunas de sus prácticas lectoras o de escritura tiene que ver mucho con la historia que estos tuvieron en el colegio o en la universidad y que aterrizan en la escuela.

“Los estudiantes parecían tener una mayor comprensión de lo que implica leer y escribir, pero es algo que va más allá de las actividades escolares, se trata de actividades por fuera de la escuela y van más ligadas al lenguaje verbal y audiovisual. Por otro lado, los docentes mostraron tener una concepción disciplinar más rígida de la lectura y la escritura en sus asignaturas. Se centran de forma más rigurosa en los pedagógico, dejando de lado el mundo exterior”.

Comunicación con los estudiantes

“Siempre hay que reorientar la comunicación con los estudiantes, no pensar que porque están en grados inferiores no son interlocutores válidos. Cuando se cierra la comunicación con ellos, los ambientes de formación no son los adecuados”, considera el investigador.

Según el magíster, desde la docencia se debe procurar formular estrategias que permitan suplir la ausencia del acompañamiento en el hogar y de esa forma los estudiantes puedan superar las dificultades lectoescritoras.

Y agrega que la lectura y escritura se debe promover a través del currículo, ya que es la forma en que los estudiantes dimensionan que la escritura no solo sirve para responder a tareas, sino que tiene relaciones con  las demás asignaturas y va más allá de las paredes de la escuela.

“Por ejemplo, cuando se trabaja en la escritura, un docente debe reconocer que hay etapas y procesos previos de planeación de lo que se va a escribir, la textualización o momento de escritura y la revisión final del escrito, en los que el estudiante entienda y tenga claridad sobre de qué va a tratar su texto, cómo va a desarrollar esas ideas y hacia quién va”.

Según el docente, muchos de los estudiantes entrevistados afirmaban que en sus clases  debían entregar de forma rápida los escritos, debido a los tiempos rígidos exigidos, por lo que se hace necesario una mayor flexibilidad en el acompañamiento y revisión de la escritura.

“Cuando un docente tiene claridad en el nivel de lectura de los estudiantes, es posible que enriquezcan las actividades que hacen, no solo de lectura, sino también desde la oralidad”.







No hay comentarios:

Publicar un comentario