La superficie dedicada al cultivo de arándano en Marruecos creció un 69% en los últimos cinco años, pasando de 2.850 hectáreas en 2020 a 4.829 hectáreas en 2024, según un reporte de Fluctuante. Este crecimiento, equivalente a un promedio anual del 14%, ha sido impulsado por la expansión hacia nuevas regiones productivas y la adopción de técnicas agrícolas más eficientes.
Expansión geográfica y diversificación productiva
El desarrollo del arándano marroquí comenzó en Loukos Gharb,
donde se establecieron los primeros cultivos de variedades de baja necesidad de
frío a mediados de la década de 2000. La participación de inversionistas
privados y las condiciones climáticas favorables permitieron adelantar la
cosecha respecto a España, uno de sus principales competidores.
Loukos Gharb es una zona agrícola del norte de Marruecos que
hoy en un punto clave en la producción de arándanos del país del norte de
África.
Con el tiempo, la producción se extendió hacia el sur,
consolidando a Agadir como un segundo núcleo estratégico. En esta zona, los
productores han incorporado genética Highbush del sur y tecnologías avanzadas
de manejo agronómico, utilizando invernaderos altos tipo “canario” que
contrastan con los túneles y estructuras más abiertas del norte.
De acuerdo a Fluctuante, esta estrategia ha permitido adelantar la
ventana de producción y concentrar la oferta entre enero y abril, un periodo
clave en el mercado internacional.
Actualmente, un tercer polo productivo se está desarrollando
en la región de Dakhla, ubicada a unos 1.200 kilómetros al sur de Agadir, en el
Sahara Occidental. Aunque su crecimiento es limitado por el acceso restringido
al agua, el área muestra un alto potencial para producir cosechas
ultratempranas gracias al uso de invernaderos planos de plástico. El contexto
geopolítico en la zona ha mostrado mayor estabilidad, respaldado por el apoyo
de Estados Unidos y España al plan de autonomía marroquí.
Posición en el comercio mundial de los arándanos
Tras una caída temporal en 2023 debido a una ola de frío, el
país recuperó su ritmo de crecimiento en 2024, alcanzando niveles récord de
producción y exportación. Este repunte se atribuye a la madurez de nuevas
plantaciones y a la puesta en marcha de plantas de desalinización, que han
permitido mitigar los efectos de la escasez hídrica.
Marruecos se ha posicionado como un proveedor confiable de arándanos de alta calidad, reconocido por la consistencia en las características organolépticas de sus frutos y por una alta proporción de cultivares premium. Además, la renovación varietal agresiva continúa siendo una estrategia clave, orientada a maximizar la producción temprana y aprovechar la ventana comercial del invierno boreal, cuando la oferta de otros países, como Chile, se encuentra en su punto más alto.
Con estos avances, Marruecos refuerza su papel como actor
estratégico en la industria global del arándano, combinando innovación,
expansión territorial y adaptación climática para consolidar su posición en los
mercados internacionales.
del invierno boreal, cuando la oferta de otros países, como
Chile, se encuentra en su punto más alto.
Con estos avances, Marruecos refuerza su papel como actor
estratégico en la industria global del arándano, combinando innovación,
expansión territorial y adaptación climática para consolidar su posición en los
mercados internacionales.
















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