sábado, 13 de septiembre de 2025

Tormentas solares se predicen en minutos gracias a la inteligencia artificial

 Un destello en el Sol puede parecer lejano e inofensivo, pero en realidad tiene el poder de dejarnos sin internet, sin luz y hasta sin GPS en un instante. Se trata de las tormentas solares, explosiones de energía que viajan por el espacio, y que al llegar a la Tierra afectan satélites, redes eléctricas y sistemas de comunicación. Un algoritmo de inteligencia artificial (IA) ahora las identifica en minutos, superando las limitaciones de otros métodos matemáticos que podían tardar años en entregar resultados.

Aunque suene a ciencia ficción, ya han ocurrido desastres de esta magnitud: en 1989, una tormenta solar dejó sin electricidad a millones de personas en Quebec (Canadá) durante 9 horas. Y en 2022, 40 satélites de Starlink se precipitaron al vacío porque la atmósfera se volvió más densa tras una llamarada solar.

Hoy dependemos mucho más de la tecnología que entonces: desde los cajeros automáticos hasta los vuelos comerciales o el celular en el bolsillo. Por eso, entender al Sol es una necesidad urgente. Esto lo sabe muy bien Juan Esteban Agudelo Ortiz, magíster en Astronomía de la Universidad Nacional (UNAL), quien con el profesor Santiago Vargas, del Observatorio Astronómico Nacional, se adentró en las capas profundas del problema.

Para descifrar qué ocurre en la atmósfera del Sol, los astrónomos usan los parámetros de Stokes. Dicho de manera sencilla, la luz solar llega a la Tierra como un mensaje en clave, y con estos no solo se mide la energía, sino que además se puede saber cómo están la temperatura, los movimientos y los campos magnéticos en la superficie solar.

El problema es que tradicionalmente traducir ese lenguaje ha sido un proceso muy lento. Los métodos matemáticos convencionales requieren repetir cálculos millones de veces hasta encontrar una solución. Aunque funcionan, pueden tardar horas, días e incluso años con grandes volúmenes de datos. En la práctica, para cuando el resultado está listo, la tormenta ya pasó.

La inteligencia artificial entra en escena

Aquí es donde aparece la propuesta del magíster Agudelo: usar redes neuronales profundas, un tipo de IA capaz de reconocer patrones complejos en minutos. Para entrenarlas, primero se generaron simulaciones realistas del Sol con supercomputadores del Instituto Max Planck, creando miles de ejemplos de cómo deberían verse los parámetros de Stokes en distintas condiciones. Con este entrenamiento, las redes aprendieron a identificar la firma magnética de las tormentas solares.

El modelo no solo incluyó datos perfectos de simulación, sino también la distorsión de telescopios reales, como el Hinode/SOT-SP, un satélite japonés que observa el Sol desde 2010. Así, el algoritmo aprendió a lidiar con el ruido y las imperfecciones del mundo real.

En la investigación se realizaron 6 experimentos distintos, probando desde arquitecturas clásicas hasta un modelo avanzado llamado red convolucional multiescala, capaz de detectar detalles a  diferentes niveles. Además se incorporó un principio de la física solar —la “aproximación de campo débil”— directamente en la función de aprendizaje. En otras palabras, no era solo un algoritmo estadístico: llevaba incrustada parte de la física del Sol.

Resultados en tiempo récord

Los hallazgos fueron contundentes: lo que antes tardaba horas en supercomputadores, ahora se logra en cuestión de minutos o menos. La IA reprodujo con gran precisión los resultados de los métodos tradicionales, pero con una ventaja enorme, la rapidez.

Además, cuando las “reglas físicas” se le añadieron al entrenamiento, la red neuronal no solo fue más rápida, sino también más confiable, recuperando mejor los campos magnéticos que son fundamentales para anticipar tormentas solares.

“Esto significa que, en el futuro, los observatorios solares podrán generar alertas tempranas sobre actividad peligrosa, dándole a la humanidad una oportunidad de proteger sus satélites, redes eléctricas y sistemas de comunicación. De la dinámica del Sol depende todo el sistema solar, por eso lo que pasa allí nos afecta en la Tierra”, indica el magíster en Astronomía de la UNAL.

Aunque este trabajo se desarrolla en el ámbito de la astrofísica, sus beneficios se reflejan en la vida cotidiana. Si una tormenta solar fuerte golpea la Tierra sin previo aviso, podríamos enfrentar apagones globales, interrupciones en vuelos y comunicaciones, y la caída de redes como el internet. Con herramientas como esta IA, esos riesgos se pueden anticipar y mitigar.

Además, la combinación de IA con física abre nuevas fronteras: las mismas técnicas se podrían usar para entender el clima de la Tierra, la dinámica de los mercados o analizar datos complejos en distintas áreas de conocimiento.

El Sol seguirá lanzando tormentas, como lo ha hecho durante miles de millones de años. La diferencia es que hoy la humanidad depende de tecnologías vulnerables a esos estallidos. Esta investigación demuestra que la ciencia, apoyada en la IA, puede darnos la ventaja que necesitamos: tiempo para reaccionar. En palabras simples, se trata de evitar que un destello en el cielo tenga el poder de desconectarnos del mundo.