Un controlador de erosión y huertos hidropónicos serían algunos de los desarrollos con los cuales se busca resolver problemas para algunos cultivos, como el alto flujo de agua en temporadas invernales y el desabastecimiento en verano.
Por medio del Taller de Diseño e Innovación Comunitaria, del
Centro de Innovación en gestión del Agua, Territorio y Paz (CI-ATP), las
comunidades aspiran a solucionar estos y otros problemas locales asociados con
el agua, como la contaminación y la falta de gestión.
Desde el 21 de octubre de este año, los habitantes rurales
de Yotoco (Valle del Cauca) y la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede
Palmira realizan un trabajo colaborativo de prototipados y estrategias “para
remediar los problemas hídricos que afectan directamente a la población
yotocense y su producción rural”, afirma el profesor José Ignacio Sanz, de la
UNAL Sede Palmira, coordinador funcional del CI-ATP.
Explica además que “algunos pobladores y agentes externos
hacen un manejo inadecuado del agua, lo que ha provocado cambios como
desabastecimiento, erosión, contaminación, vulnerabilidad y conflictos
ambientales. El agua es el torrente sanguíneo del territorio, estamos viendo
que la zona está enferma y sus habitantes no pueden tener paz”.
María Elisa Palacios Possú, profesional en innovación social
del CI-ATP, señaló que cerca de cinco comunidades forman parte de esta
iniciativa y del equipo de diseño y creación.
En la primera comunidad, asentada en la cabecera municipal,
sus habitantes manifiestan “sufrir de contaminación del agua en la cuenca baja
del río Yotoco”; la segunda, conformada por comerciantes y empresarios, busca
resolver los conflictos por el manejo del agua con el “Plan de las vacas”; la
vereda Calimita desarrolla una propuesta para lograr un uso adecuado del agua
tras el desabastecimiento que se tiene para mantener sus cultivos; y los
habitantes del corregimiento El Dorado quieren recuperar los saberes
ancestrales, de la mano con la academia.
Por su parte la comunidad de la Reserva Natural del Bosque
de Yotoco, que sufre problemas similares a los de las anteriores, plantea una
solución general para fortalecer su ecosistema.
Por lo anterior, el CI-ATP, junto con las comunidades,
desarrolló el Taller de Diseño e Innovación como una actividad para “salirnos
del campus universitario a los campos del país, para llegar a donde están los
problemas de Colombia, especialmente en la zona rural que suele ser muy
olvidada, y los productores habitantes rurales se encuentran muy afectados”,
afirma el profesor Sanz.
Academia y comunidad unidas
En el transcurso de este Taller se han adelantado tres momentos:
la formación de agentes para este Centro de Gestión, el planteamiento de los
prototipados o ideas, y el desarrollo in situ de las
ideas planteadas.
“Con el prototipado, la comunidad revisa dónde están sus
problemas y pueden hacer modelos de la solución principal, que consiste en la
mejor captación, filtración y eficiencia en el uso del agua. Esto es un primer
paso muy valioso, porque luego vendrán las soluciones agrícolas para producir
mejores cultivos”, señala el docente de la UNAL.
De ahí, como primeros resultados, la profesional Palacios
menciona que se han entregado cinco laboratorios móviles de diseño e innovación
comunitaria equipados de herramientas y máquinas, para que las comunidades
puedan construir estos prototipos.
“La UNAL ha hecho una fuerte presencia y acompañamiento
académico para certificar estos primeros prototipos, sin imponer ideas sino
escuchando a la comunidad, quienes finalmente son los protagonistas”, expresó
la profesional Palacios.
Feria de innovación
Este taller tiene una fecha de inicio pero no tendría una
final, ya que el coordinador Sanz agregó que “estamos resolviendo un problema
específico en estos momentos (agua), pero en el futuro buscaremos que la
dinámica se amplíe en otras situaciones y trascienda a otros sitios”.
La profesional Palacios y el docente Sanz concluyen que “las
comunidades se encuentran muy entusiasmadas con este taller, porque notan que
esto no es un caso más de proponer e irse, de solo dar un curso y no regresar,
sino que la Universidad, los estudiantes, profesores, investigadores y otros
profesionales quieren acompañar este empoderamiento del desarrollo formando una
estructura más estable”.