martes, 29 de junio de 2021

Excombatientes siembran paz con agroindustria de sacha inchi

 Gracias a la capacitación, y con la propuesta de elaborar cuatro nuevos productos a partir de esta planta, la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Orinoquia, la Fundación El Alcaraván y el SENA encuentran una estrategia educativa para reincorporar a la vida civil a excombatientes del municipio de Arauquita, en Arauca.

Con recursos dispuestos por Intercolombia, la UNAL Sede Orinoquia y la Fundación El Alcaraván se unieron para llevar procesos formativos y de capacitación a 25 productores de la Cooperativa Agropaz y la S.A.S Filmarpaz UEAI Zomac, así como otros productores asociados con el cultivo, a través del Diplomado en Agroindustria de Sacha Inchi, cuyo objetivo es elaborar nuevos productos y mejorar significativamente los indicadores de competitividad en el mercado.

Según investigaciones adelantadas en la UNAL, las propiedades del sacha inchi y de sus subproductos es comparable con las de otras semillas como la soya, e incluso con otras fuentes de proteína como el huevo, por su gran aporte de aminoácidos.

Después de la firma de los acuerdos de paz nacieron en Colombia los espacios territoriales de capacitación y reincorporación (ETCR), con el propósito de brindar soluciones duraderas a los excombatientes que decidieron permanecer en la legalidad. Así, en el departamento de Arauca se creó el ETCR Villa Paz, en el cual se alberga transitoriamente a esta población para desarrollar actividades de capacitación y reincorporación temprana que promuevan las fases iniciales de adaptación a la vida civil.

Durante el desarrollo del Diplomado, los docentes William Antonio Delgado y Yolanda Quiñonez han venido trabajando –desde el componente teórico– en una propuesta de productos alimenticios y cosméticos a base de sacha inchi, los cuales cuentan con un valor agregado en diferentes etapas del proceso de transformación del fruto para su aprovechamiento integral.

A través de los dos ciclos de del Diplomado –el primero virtual y el segundo presencial– desde el 7 de noviembre de 2020 en jornadas de 8 horas, la UNAL reitera su compromiso con los acuerdos de paz desarrollando procesos de formación con poblaciones de la región que buscan un nuevo futuro lejos de las armas y el conflicto.

Durante el aprendizaje de los contenidos se han realizado actividades prácticas consignadas en portafolios de evidencias por cada uno de los participantes, y se han realizado ejercicios lúdicos con los conceptos vistos en las sesiones.

De esta forma también se busca fortalecer la generación de valor agregado, organizacional, socioeconómico y en mercadeo para el proyecto productivo de sacha inchi, en el ETCR Martín Villa, ubicado en la vereda Filipinas del municipio de Arauquita, en el departamento de Arauca.

Sobre el sacha inchi, del cual se aprovechan básicamente las semillas como alimento, una cartilla elaborada por el grupo de investigación Farmacología de la Medicina Tradicional y Popular (FaMeTra) de la UNAL, reseña nombres comunes como maní estrella, chocolate corona y maní inca.

Esta planta es, básicamente, un bejuco de tallo duro con corteza desprendiendo en tiras, frutos axilares de color verde brillante en forma de estrella (3-5 cm); a medida que madura, el color cambia de verde a marrón negruzco, las cápsulas contienen semillas ovaladas comestibles de color marrón oscuro, hojas verdes con fuerte olor y sabor amargo, flores blanquesinas.

Las semillas son ricas en ácidos grasos insaturados, en particular el ácido a-linolénico (omega 3), y en menor proporción el ácido linoleico, (omega 6) y omega 9.

 






miércoles, 9 de junio de 2021

“Crudo y pesado”, la vida en los campos petroleros hecha arte

 Las vivencias de quienes extraen crudo y otros hidrocarburos también se convierten en material “crudo y pesado”, desde la mirada artística de Camilo Andrés Franco, docente de la Facultad de Minas y estudiante de la Maestría en Artes Plásticas y Visuales de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Medellín.

El objetivo de la investigación artística se enfocó en el lado humano de los campos petroleros, donde ingenieros y operarios conviven aislados durante semanas en medio de jornadas de trabajo extenuantes.

Se trata de un trabajo lleno de particularidades que inician en el investigador mismo, quien es ingeniero de Petróleos y doctor en Sistemas Energéticos y que siempre ha sentido inquietud por el arte, pero solo hasta ahora pudo estudiarlo.

“Decidí hacer la Maestría después de tener varias inquietudes que se revelaron a partir del trabajo con Carbon Quantum Dots (CQD), unas nanopartículas con propiedades excepcionales como la fluorescencia, es decir que bajo una luz UV se ven de cierto color”, contó.

En la industria petrolera esos CQD se usan para determinar la trayectoria de los fluidos (agua o petróleo) en el subsuelo. En su trabajo artístico las usó para trazar las experiencias de los trabajadores.

El investigador Franco conoció los campos petroleros cuando era estudiante de pregrado y le sorprendió los exigentes que resultan, pues las personas deben dejar a sus familias durante semanas enteras para convivir con extraños. En muchos casos, cuando hay exploraciones o perforaciones aisladas, los trabajadores deben dormir en camionetas y usar el agua que encuentren en los campos para asearse.

Entre overoles y cascos

“Los trabajadores del sector sufrimos discriminación porque nos tachan como ‘los que están dañando el planeta’, y aunque es un trabajo que suele ser muy bien remunerado, las condiciones de vida en campo no siempre son buenas”, agregó.


La investigación incluyó varias etapas. Una de las más llamativas fue la grabación de los testimonios de varios trabajadores que contaron sus experiencias –siempre en anonimato– pues según el ingeniero Franco, persiste el temor de ser identificados o sancionados. En uno de los videos, un funcionario (no se identifica el género) cuenta la preocupación por la invasión de espacios íntimos como los baños, donde varias veces encontró huecos o mirillas usadas para espiar.



En otra de las etapas del trabajo se usaron CQD como tinta invisible para plasmar pensamientos. “Es curioso cómo una de las industrias más exclusivas es una de las menos humanizada”, escribió otro funcionario.

El trabajo incluyó una instalación con elementos propios del campo petrolero –como overoles y cascos, herramientas de trabajo y hasta colchones– que intentan representar el concepto de “cama caliente” que se ve en algunos campos, para indicar que una cama es ocupada por
varias personas en un mismo día.

La profesora Nadia Moreno Moya, de la Escuela de Artes de la Facultad de Arquitectura y asesora de la investigación, explicó que pocas veces se habla de los espacios laborales como espacios de conflicto donde se “encuerpan” y “territorializan” diferencias en virtud de posiciones, género u orientaciones sexuales.


 “Uno creería que asuntos relacionados con el dominio de la presencia masculina no están tan encarnadas en trabajadores profesionales con niveles de formación altos, y esa fue una de las sorpresas del trabajo de Camilo”, dijo.

La docente enfatizó que a los estudios en artes usualmente llegan personas de disciplinas como arquitectura, diseño o ciencias sociales, pero pocas veces se encuentra a alguien de un campo del conocimiento tan opuesto como la ingeniería de petróleos, en la que predomina el método científico. “La especialización de las disciplinas nos ha puesto en celdas que dificultan el diálogo y por eso esta experiencia fue un aprendizaje de doble vía”, concluyó.