jueves, 4 de abril de 2024

Arquitectura multifamiliar afronta desafíos en zonas céntricas de las ciudades latinoamericanas

 Falta de vivienda asequible, expansión urbana descontrolada, desigualdad social y segregación, junto con problemas de movilidad urbana, son algunos de los desafíos que afronta São Paulo, una de las ciudades más pobladas de Brasil. En respuesta a esta problemática –que se vive especialmente en el centro de la ciudad–, la arquitecta Marta Mata Moreira y algunos de sus colegas adelantan proyectos innovadores para transformar la vida urbana y abordar las necesidades habitacionales de la población mediante mejoras en la arquitectura multifamiliar. Sus aportes se presentaron en el Seminario Internacional de Arquitectura, organizado por la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Manizales.

La arquitectura multifamiliar en territorios poblados ofrece la ventaja de albergar múltiples viviendas independientes dentro de un mismo edificio, maximizando el uso del suelo y proporcionando eficiencia energética, ya que se comparten paredes.

Además promueve la creación de comunidades más cohesionadas al compartir espacios comunes donde incluso los costos de mantenimiento pueden ser distribuidos entre los residentes.

Sin embargo también existen desafíos, como posibles problemas por ruido y privacidad por la proximidad de las unidades, lo mismo que en la gestión y el mantenimiento complejos que requieren un enfoque cuidadoso para garantizar una experiencia positiva para todos los residentes.

Con 22,8 millones de habitantes, 19 millones ubicados en la región metropolitana, en 2023 São Paulo registraba 32.500 personas sin hogar, dato que evidencia la necesidad de crear políticas efectivas para abordar la vivienda y la inclusión social. Pese a ello, esta ciudad del sureste brasileño es un vibrante centro económico, cultural y financiero muy importante en la región y en todo el continente.

Para la reconocida arquitecta Moreira estos puntos fueron clave en su conferencia “Tantas casas sin gente y tanta gente sin casas”, que dictó en el Seminario Internacional de Arquitectura al hablar de la forma de habitar y de la construcción del lugar.

“Las viviendas multifamiliares han emergido como una solución innovadora para abordar la escasez de viviendas y revitalizar áreas urbanas subutilizadas. Hemos liderado proyectos que aprovechan la topografía accidentada de la ciudad, como las montañas, para crear comunidades habitables en terrenos antes desaprovechados”, señala la experta.


Así, la población se ha beneficiado de diversas maneras; en primer lugar, se proporciona acceso a viviendas en áreas urbanas densamente pobladas, permitiendo que más personas vivan y trabajen en el corazón de la ciudad sin tener que desplazarse largos trayectos pasando varias horas de un punto a otro; además de la integración de servicios públicos y espacios comunitarios en el diseño urbano. “No se trata de edificar hacia arriba, también es mejorar la calidad de vida al ofrecer acceso conveniente a servicios como educación, salud y recreación cercanos a estos sectores, en donde se adecuen espacios como parques o ciclorrutas”, dijo.

Al hablar de los desafíos y soluciones, la experta considera fundamental la coordinación entre las autoridades municipales y la comunidad para garantizar el uso adecuado de los espacios y servicios. También es importante abordar las preocupaciones de los residentes y asegurar su participación en el proceso de diseño y desarrollo urbano.

“En este proceso también entra en juego la contribución de las comunidades locales, y sobre todo en la implementación de diseños flexibles adaptables a las necesidades cambiantes de la población. No fue lo mismo construir hace 10 o 20 años que ahora, los modos de habitar también tienen una incidencia en la arquitectura”.

“La arquitectura contemporánea está experimentando una notable transformación en la elección de materiales de construcción, y el acero se está destacando como una opción cada vez más popular, cambio que no es solo estético sino que representa una serie de bondades como la flexibilidad del material, adaptable a varios usos, facilitando modificaciones o ampliaciones durante la obra o incluso después de construido”, destacó la investigadora.

Además el acero es un material durable y resistente que proporciona una seguridad estructural superior a riesgos naturales como los terremotos. El proceso de fabricación del acero es más eficiente en términos energéticos y emite menos gases de efecto invernadero que otros materiales de construcción tradicionales, y se desperdicia menos material.

Durante el Seminario también se destacó que en São Paulo y Manizales la construcción sobre topografía accidentada presenta desafíos únicos como la inclusión de rampas en las viviendas evitando el uso de elevadores o escaleras poco prácticas y que no permiten conectar el edificio con sus ocupantes; incluso garantiza la movilidad en el interior del espacio cuando hay personas con discapacidad.

“La inclusión de rampas en el diseño urbano de viviendas multifamiliares contribuye a la integración social al garantizar que todos los residentes puedan participar plenamente en la vida comunitaria”, concluyó.





No hay comentarios:

Publicar un comentario